Fumar cannabis frente a la vaporización

Alrededor del mundo, el cannabis con fines terapéuticos se utiliza de diversas formas. Una de ellas es la inhalación. Aunque la vaporización es una forma de consumo habitual, fumar cannabis sigue siendo la opción preferida. Pero por qué fumar cannabis cuando se puede consumir vaporizado?

Por qué fumar cannabis ?

Imagínese fumando. Inhalación… Exhalación… ¡Inhalación profunda! ¡Cof, cof, cof! Los pulmones se llenan de humo, alquitrán y toxinas.

Durante años se nos ha advertido de los peligros de fumar, principalmente por la conciencia colectiva de los riesgos de fumar tabaco. Pero sabemos que fumar cannabis también hace daño. 

En Canadá, entre los encuestados que consumieron cannabis el año pasado, la mayoría utilizaron la flor de cannabis. A pesar de que más de la mitad (53 %) habían sido avisados de los riesgos para su salud y tenían un mayor conocimiento de los daños relacionados con el consumo de cannabis, la mayoría siguió fumando. De hecho, fumar (84 %) ha sido el método más frecuente de consumo en Canadá entre los usuarios no médicos. Aunque no son exactamente iguales, existen tendencias parecidas entre los consumidores por uso médico (utilizando una media de 1,5 gramos/día de flor de cannabis). Y, de hecho, este esquema de uso se refleja entre los participantes de anteriores encuestas de “uso”. 

Entonces, por qué los consumidores no utilizan la vaporización?

Es por el precio? Comprar y utilizar un vaporizador es prohibitivo? Los consumidores no se acostumbran a la tecnología de vaporización? Es más rápido liarse un porro? 

Fumar cannabis frente a la vaporización
Bolsa con cannabis medicinal seco

Los beneficios del cannabis vaporizado

Sabemos que el uso de un vaporizador de alta calidad evita los efectos perjudiciales para la respiración por fumar. 

Un dispositivo médico de vaporización, en comparación con fumar cannabis, reduce drásticamente las concentraciones de compuestos tóxicos como el monóxido de carbono, el amoniaco y los carbohidratos poliaromáticos (CPA). En comparación con el tabaquismo, son posibles mayores niveles terapéuticos de THC, así como una extracción y distribución reproducible y coherente del THC.

Está demostrado que inhalar con un vaporizador es una vía de administración eficaz. El vapor es absorbido rápidamente por los pulmones, lo que se traduce en concentraciones séricas de cannabinoides rápidamente cuantificables (se llega al Tmax en cuestión de minutos). 

La rápida aparición de efectos de los cannabinoides vaporizados e inhalados permite un ajuste más sencillo de la dosis en función de la gravedad de los síntomas, la tolerancia y la prevención de efectos secundarios. [9] Cuando está totalmente estandarizada, la flor del cannabis de categoría farmacéutica permite la administración de una dosis exacta, con una composición y repetibilidad de la dosis garantizadas. También significa que carece de cualquier tipo de contaminante, como microbios, pesticidas, metales pesados y otros componentes tóxicos. Desde la perspectiva de la seguridad del paciente, estas propiedades hacen que el vapor sea más seguro para su inhalación a los pulmones.

En los últimos años, cada vez más pacientes han utilizado la flor de cannabis vaporizada sin que se hayan observado reacciones adversas graves. Ya es hora de empezar a investigar otras formas que disuadan a los pacientes de fumar, a cambio de formas de administración menos dañinas.

Si los pacientes necesitan un vaporizador fiable, asequible y portátil que administre flor de cannabis, ¿no habrá que prestarle más atención al tema?

¿Hacen falta políticas especializadas y adaptadas a la situación?

Pensar en el futuro: Perspectivas políticas

En caso de que los pacientes indiquen su preferencia por los vaporizadores, las políticas sensibles y la educación práctica podrían ser la forma de marcar el comienzo de un cambio positivo.

En lo que respecta a la posología, las políticas futuras deben ser claras y obvias. Por ejemplo, en Alemania, Australia, Nueva Zelanda y los Países Bajos, fumar flor de cannabis no está permitido y/o se desaconseja activamente. Los protocolos asistenciales solo permiten el uso de la flor de cannabis en forma de inhalación administrada por vaporización. Estos tipos de políticas deben recibir el apoyo del sector sanitario, industria y lograr la adquisición por parte de los pacientes y los profesionales que se ocupan de ellos.

Otras formas podrían incluir:

  • El establecimiento de un entorno normativo positivo, concentrado en y que permita la evolución rápida del sector de los vaporizadores. El objetivo es marcar el comienzo de vaporizadores más asequibles, portátiles, fáciles de usar y beneficiosos para el medio ambiente y el consumidor.
  • Impedir una prohibición global de la inhalación que se lleve a la legislación. Quitar del mercado los vaporizadores de calidad no tendría ningún sentido. Sus consecuencias serían:
    • La eliminación de su uso justificado en hospitales y unidades de cuidados paliativos, residencias de ancianos y entornos domésticos.
    • Implicaciones en las opciones de posología, reduciendo las posibilidades terapéuticas y la elección del médico prescriptor/paciente.
    • Limitar la administración a la vía oral (es decir, excluyendo la opción de inhalación).

Las políticas basadas en la educación son otra forma posible, incluyendo:

  • La formación de los médicos prescriptores, los farmacéuticos y los pacientes, para que sean conscientes de las diferencias entre “vapear cannabinoides” y “vaporizar flor de cannabis”, y entiendan a fondo por qué debe evitarse fumar.
  • La formación al consumidor (es decir, a los pacientes) sobre las ventajas de utilizar un vaporizador, en comparación con fumar. Esto requiere una divulgación muy inteligente (lograr cambiar comportamientos a menudo arraigados y la cultura aceptada de fumar porros).
  • Formar al consumidor (es decir, a los pacientes) sobre las características de los buenos vaporizadores (en qué aspectos fijarse).

Para saber más sobre formas de administración, consulte este artículo: The risks of vaping cannabis (Los riesgos de vapear cannabis).

Referencias

[1] Tashkin, D. P. (2013). Effects of marijuana smoking on the lung. Annals of the American Thoracic Society, 10(3), 239-247.

Tetrault, J. M., Crothers, K., Moore, B. A., Mehra, R., Concato, J., & Fiellin, D. A. (2007). Effects of marijuana smoking on pulmonary function and respiratory complications: a systematic review. Archives of Internal Medicine, 167(3), 221-228.

[2] Health Canada (2019). The Canadian Cannabis Survey 2019.

[3] Sexton, M., Cuttler, C., Finnell, J., Mischley, L. (2016). A cross-sectional survey of medical cannabis users: Patterns of use and perceived efficacy. Cannabis and Cannabinoid Research; 1: 131-138.

Hazekamp, A., Ware, M., Muller-Vahl, K., Abrams, D., Grotenhermen, F. (2013). The medicinal use of cannabis and cannabinoids: An international cross-sectional survey on administration forms. Journal of Psychoactive Drugs. 45 (3), 199–210.

[4] Aston, E., Scott, B., and Farris, S. (2019). A qualitative analysis of cannabis vaporization among medical users. Exp Clin Psychopharmacol. 2019 Aug; 27(4): 301–308.

[5] Loflin, M., and Earleywine, M. (2015). No smoke, no fire: What the initial literature suggests regarding vapourized cannabis and respiratory risk Can J Respir Ther. 2015 Winter; 51(1): 7–9.

Hazekamp, A., Ruhaak, R., Zuurman, L., van Gerven, J., Verpoorte, R. (2006). Evaluation of a vaporizing device (Volcano) for the pulmonary administration of tetrahydrocannabinol. Journal of Pharmaceutical Sciences. 95(6):1308-17.

[6] When administering pharmaceutical quality cannabis flos.

[7] Abrams, D., Vizoso, H., Shade, S., et al. (2007) Vaporization as a smokeless cannabis delivery system: a pilot study. Clinical Pharmacology and Therapeutics. 82 (5): 572 – 8.

Gieringer, D., Laurent, J., Goodrich. (2004). Cannabis vaporizer combines efficient delivery of THC with effective suppression of pyrolytic compounds. Journal of Cannabis Therapeutics. 4(1)

Eisenberg, E., Ogintz, M., Almog, S. (2014). The pharmacokinetics, efficacy, safety, and ease of use of a novel portable metered-dose cannabis inhaler in patients with chronic neuropathic pain: A Phase 1a study. Journal of Pain & Palliative Care Pharmacotherapy. 28:216–225.

Vulfsons S, Ognitz M, Bar-Sela G, Raz-Pasteur A, Eisenberg E (2019). Cannabis treatment in hospitalized patients using the SYQE inhaler: Results of a pilot open-label study. Palliative and Supportive Care, 1–6.

[8] Tmax: el tiempo que tarda en alcanzar la concentración máxima (Cmax) de un compuesto o fármaco exógeno en el plasma o en un tejido después de la administración de una dosis.

[9] Van de Donk, T., Niesters, M., Kowal, M., Olofsen, E., Dahan, A., van Velzen, M. (2019). An experimental randomized study on the analgesic effects of pharmaceutical-grade cannabis in chronic pain patients with fibromyalgia. Pain; 160: 860–869.

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